jueves, 2 de enero de 2014

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

Cómo puedo hacerle para cumplirlos?


     Cada año, al llegarse Diciembre, millones de personas empiezan a pensar en sus propósitos de año nuevo. Buscan algún cambio en sus vidas. Ya sea en su estilo de vida, en su físico, en sus conductas y actitudes diarias, etc. Pero ¿Por qué muy pocas personas logran estos cambios en su vida? 
     Es una constante en las personas cuando dicen: "el Lunes empiezo mi dieta". "Juro que este es el último fin de semana y ya no vuelvo a tomar o fumar". Entrando el año voy al gym". Y una y otra vez se repite ese patrón al no poder la persona cumplir con su promesa. Y fácilmente se dan por vencidos.    
     Para poder lograr nuestros objetivos, metas y/o propósitos, necesitamos comprender y entender que no es sencillo y requiere de gran esfuerzo y dedicación para lograrlos. Así como también de una constante motivación y visualización de lo deseado.
  Algo simple y sencillo, pero no fácil, para lograr nuestros propósitos, son LOS HÁBITOS. Los hábitos son las formas de comportamiento o conductas adquiridas por medio del aprendizaje o de la experiencia. Permiten una mejor y más segura realización de las actividades cotidianas. Estas conductas se repiten una y otra vez hasta adquirir un hábito. En otras palabras es cuando una persona hace algo de la misma manera, una y otra vez hasta que lo realiza automáticamente sin esfuerzo o planeación. Recalcamos, que algunos hábitos se forman más fácil y rápido que otros, esto, debido al grado de placer que cause y el mínimo esfuerzo que implique en nosotros. Los hábitos incluyen tanto actitudes como acciones. Una actitud es una inclinación permanente a reaccionar de cierta manera cada vez que respondemos a una situación determinada. por lo tanto, nadie nace con los hábitos. Éstos se adquieren, no suceden sin ser ocasionados. Ya que es común escuchar decir a las personas: " No puedo dejar de hacer esto. No está en mí". Y es aquí donde se encuentran los escollos para la realización y obtención de resultados.  Si los clasificamos, hay hábitos buenos y hábitos malos. Los hábitos buenos los conocemos como virtudes, mientras que los hábitos malos son los vicios.
     Entonces, para lograr nuestros propósitos debemos tener en consideración lo siguiente:
  • Visualizar tu objetivo. Debes de definir qué es lo que quieres y cómo lo quieres. Tratar de "verlo", como sería en la realidad. Como cuando imaginas la casa, tu coche o el trabajo de tus sueños, trata de sentir las sensaciones que te produce al pensar en ello. Frecuentemente, al no visualizarse, no sabremos lo que queremos y cómo lo queremos. De cierto modo, es como cuando una persona quiere ser feliz. Pero si no sabe cómo quiere ser feliz, será más complicado de serlo, como consecuencia conllevará frustración y deserción de lograrlo.
  • Planificarlo. Es pensar el tiempo que le dedicarás o cómo harás ciertas cosas para lograr tu objetivo o propósito. Tal como si fuera una agenda donde programas tus actividades semanales o mensuales. la finalidad es tener en mente las activdades a realizar.
  • Ser constante. Este es un punto fundamental. La constancia es uno de nuestros mayores "enemigos". Como mencionábamos anteriormente, algunos hábitos se forman más rápido que otros por el placer que éstos nos causen y el nivel de esfuerzo mínimo que realicemos. Así que, si hacer ejercicio de lunes a viernes no es divertido y reconfortante, se dificultará la constancia y la realización de nuestros propósitos u objetivos. Tengamos en cuenta que habrá obstáculos, pero no por ello desistir.
     Finalmente, deja esos malos hábitos que tenemos como clichés de comenzar la dieta, dejar de fumar, de buscar un mejor empleo el Lunes, entrando el mes o el próximo año. Aprende actuar lo más pronto posible. Recordar que el formarse hábitos saludables requiere de persistencia,  determinación, motivación y aceptación de las dificultades que puedan presentarse. Que no será una tarea fácil de realizar y lograr, además que los hábitos no se forman de la noche a la mañana. Es por ello que los hábitos malos o vicios, son más fáciles de adquirir, porque no requieren gran esfuerzo y causan placer casi inmediato. Así que trata de empezar con objetivos pequeños para que experimentes satisfacción y tolerancia a la frustación. Trata de recordar situaciones que enfrentaste y te causaban malestar emocional por creer que no podías culminarlas, y cuando finalmente lo lograbas, toda la emoción agradable que recorría tu ser y cómo se modificaba tu percepción, hasta llegar al punto de decirte a ti mismo (a): "Lo logré. Pensar que quería renunciar. Sólo era cuestión de esforzarme un poquito más!". Al inicio, lo difícil es la constancia. Superado este obstáculo, lo demás viene en añadidura. 


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